¨Lo único que puedo decirles a ustedes es que si me hacen una pregunta y no sé la respuesta, les diré directamente que no sé la respuesta, pero también buscaré la forma de encontrarla, y cuando la tenga, se la daré. ¨

martes, 8 de junio de 2010

(re)tomando.

Si empiezo algo, no me gusta abandonarlo. Y si lo hago, lo anuncio y lo cierro. Es cierto que ultimamente me cuesta publicar todo lo que va más allá de un robado. Barajeé dar brocha final a lo que empezó hace ya 8 meses. Pero por no querer dar un pasito atrás el día que me pique actualizar, junto a la gente que sé que lo seguiís, he descartardo el hacerlo.

Pasa como en la vida, ¿no?. Ventanitas abiertas se convierten en grandes buracos a la hora de evolucionar. O las conviertes en sólidas puertas que te permitan retomar y avanzar por el mismo camino; o las bloqueas negándole la posibilidad al tropiezo.
También puedes jugar en los buracos: una de cal, una de arena. Hasta que la cal pese más, o la arena sea más fina y blanca.

Apareciste como un soplo de aire fresco para darme otras alas diferentes a las ya conocidas; para situarme en otra dimensión. Tanto para encontrarme en lo que un día construí, como para ni intuirme tiempo atrás. Apareciste, sí. Cuando más te reclamaba.
Y ahora,
ahora no sé si es la maravillosa vida fácil y posturita a la que te empuja Salamanca, o que yo he cambiado algo. Pero no le doy la misma importancia a lo que antes me parecía un tsunami. No me interesan los temas de siempre, algunos rozan lo ridículo. Repelo los bares vacíos de vida, carentes de humildad. Las fiestas inútiles. La gente de la noche. Tú, con tus marcas, con tus mil ¨amigosdefiesta¨, con tu falso saludo y tu hipócrita sonrisa. Tú que miras por encima del hombro cuando hablar contigo es un ensayo de conversación.
Odio tu risa escandalosa. Y tu forma de hacerte fotos. Que estés pendiente de meter cuello en los grupos más COOL; que haya grupos COOL; o peor, que sean considerados COOL.
Pero sobre todo, lo que más odio de mi ciudad natal, es no encontrarte. No recrearme en un café. No ilusionarme con un paseo. No temblar escuchado una canción [o sí, pero no contigo al lado]. Que con un solo argumento pongas patas arriba todo lo que te he contado minutos antes. Que seas tú, que sea yo. Y que juntos seamos mucho más.
Que me cansé de pasar de largo, o ver pasar los días. Que son muchos años ya. Que no quiero volver a lo mismo.
Solo que ahora, gracias a mi soplo, soy bastante más inteligente para sobrellevar(te/os/lo). Y te sonreiré igual de falsa, igual de hipócrita, igual de gilipollas que tú, pero con un cerebro mucho más grande, o al menos más trabajado.
Y a tí, te seguiré buscando.

Tener que (obligación) volver al punto de partida no significa dar un paso atrás cuando regresas con equipaje digerido.

Buenas noches.

No hay comentarios: